Hay muchos tipos de dolor de espalda no sólo en función de los síntomas sino también de la causa, y como verás a continuación lo que mejora el dolor en unos casos lo empeora en otros. Por eso es tan importante establecer un diagnóstico lo antes posible para tomar las medidas precisas.
Para establecer el diagnóstico clasificamos la lumbalgia en tres grupos según su localización dominante, es decir, en función de dónde sentimos el dolor de más intensidad porque cada uno de estos grupos necesitará un plan de tratamiento específico.
Estos tres grupos son:
- Dolor lumbar
- Ciática
- Estenosis lumbar o espinal
Dolor Lumbar
Es el dolor localizado entre las costillas y la zona superior de los muslos, y aunque pueda haber dolor que baje por las piernas el que predomina está en la espalda y/o los glúteos.
El dolor lumbar suele estar provocado por una hernia, una protusión, un problema muscular o de las articulaciones vertebrales o de la pelvis.
En este tipo de patologías el dolor se intensifica con determinadas posturas y movimientos, que en función de cuales sean nos indicarán uno u otro diagnóstico.
Por ejemplo, los dolores al doblarnos o al estar mucho tiempo sentados que se alivian al caminar se asocian a problemas discales, mientras que el dolor que surge cuando estamos mucho tiempo de pie y que mejoran al sentarnos nos indicarán que lo más probable es que en este caso el problema sean las vértebras.
Aunque no es tan sencillo ya que muchos de los síntomas son comunes a todos los problemas porque suelen estar acompañados de espasmos musculares lo que provoca dolor y la rigidez al levantarte de la cama, la sensación de bloqueo, dificultad de movimientos, sensación de carga en la espalda e incluso sensación de fragilidad como si la espalda fuese a colapsar.
A pesar de la intensidad del dolor este tipo de problema es el más benigno porque no afecta a los nervios ni a la médula, por lo tanto requiere tratamiento conservador. El uso de resonancias y otras pruebas diagnósticas está desaconsejado por la evidencia científica como también lo está el tratamiento quirúrgico.
Ciática
En este caso aunque pueda doler la espalda, el dolor dominante se localiza en las piernas pudiendo llegar incluso hasta los pies.
Se produce cuando se pinza el nervio ciático. Generalmente se debe a una hernia lumbar que irrita o comprime el nervio ciático, aunque también puede deberse a una compresión del nervio por parte de los músculos de la cadera.
El dolor se caracteriza porque mejora al estar tumbado, y aparece con fuerza al ponernos de pie.
Los episodios de ciática mejoran con tratamiento conservador en la mayoría de los casos, pero cuando no es así, es uno de los pocos casos en los que será necesario el uso de la resonancia magnética con el fin de valorar la opción de operar.
Estenosis lumbar/Espinal
En este caso predomina también el dolor en las piernas.
En estos casos el dolor sólo aparece cuando estamos de pie y especialmente se intensifica al caminar, de tal forma que la intensidad va aumentando progresivamente a medida que caminamos más tiempo hasta que nos vemos obligados a parar y a sentarnos.
Al dolor se asocia frecuentemente fatiga y pesadez en las piernas, y todos estos síntomas se aliviarán rápidamente al sentarse o doblarse hacia delante.
Esta patología se produce normalmente en personas mayores de 60 años y se produce por un estrechamiento del canal medular que termina por comprimir los nervios que bajan a las piernas.
En resumen, es necesario conocer lo antes posible ante qué tipo de problema estamos para poder dar una solución adecuada para cada caso.