Las Navidades son muy dadas a los excesos tanto en el comer como en el beber. Lo que irremediablemente se traduce al final de las fiestas en un aumento de peso. Que aún siendo leve, luego cuesta horrores quitarse de encima.
No estoy aquí para decirte que no te pases de la raya y ser un aguafiestas. Sino para enseñarte una serie de estrategias que puedes seguir para compensar la exagerada ingesta calórica que te espera estas semanas.
Se trata de poder celebrar por todo lo alto sin saturar tu organismo o hacerlo lo menos posible. Al fin y al cabo, el peso no es lo más importante. Mucho peor son los efectos sobre tus niveles de azúcar en sangre e insulina por el atracón de azúcares que nos pegamos durante estas fiestas.
Imagina por un momento si este año pudieses sustituir la sensación de empacho, saturación y letargo. Y sentirte ligero y lleno de energía. ¿Hace cuantos anos no llegas a los postres con ganas?
El problema no es tanto porque lo que comemos (y bebemos) no sea sano y nutritivo en su mayoría. El problema es el volumen y la frecuencia en la que consumimos durante esos días.
Entonces, ¿cómo puede evitar sobre alimentarme y ganar peso en estos días?
Te propongo estos 6 sencillos consejos para mantener las calorías y los azúcares a raya:
- Sáltate el desayuno.
Si, ya se que muchos todavía pensáis que es la comida más importante del día. No lo es. Pero esa discusión mejor la dejo para otro día.
Si la noche anterior has tenido festín o si vas a tenerlo en unas horas. Dale un descanso a tu sistema digestivo. Al no recibir comida, tu cuerpo se verá obligado a utilizar parte de lo acumulado, y estará mejor preparado para la siguiente ingesta. De manera que esta te resultará mucho más satisfactoria y menos dañina.
No dejes de tomarte tu café si no puedes pasar sin él, o una infusión, pero no tomes nada más.
- No piques entre horas.
Siempre hay que evitar picar entre horas. Pero en Navidades más que nunca. Y es que en estas fechas vas a estar rodeado de dulces por lo que es muy poco probable que si picas, sea algo saludable. Sé que no exagero cuando digo que en navidad algunas casas se parecen a la de la bruja de Hansel & Gretel.
Puede que “no picar entre horas”no te parezca un gran esfuerzo. Pero créeme, tu sistema digestivo te estará muy agradecido por esas horas de descanso entre una comida y otra.
- Haz ejercicio.
Si tienes la oportunidad de continuar con tu rutina de ejercicio semanal. No dejes de hacerlo. Si por el contrario por viajes, compromisos o falta de tiempo (o ganas) no te va a ser posible hacer ejercicio durante las Navidades. Busca oportunidades de mantenerte activ@. Intenta ir andando a los sitios o sal a caminar cuando tengas un rato. Esto ayudará a tus digestiones, y a aumentar la quema de grasa y el gasto calórico.
- Compensa con las otras comidas del día.
Si sabes que la cena va a ser copiosa como en Noche Buena o Noche Vieja, haz una comida ligera. Verduras o una ensalada. Opciones ricas en fibra, que ayuden al tránsito intestinal.
Esto te ayudará además a equilibrar tus calorías totales diarias. Haz lo mismo con la cena el día de Navidad y Año Nuevo.
- No piques mientras cocinas.
Si eres la encargad@, o estás de alguna forma involucrad@ en preparar el banquete. Ten cuidado. Una cosa es probar los platos para ver si les falta sal, y otra muy diferente es ponerte fina mientras cocinas.
Que si un poco de jamón por aquí, y un poco de lomo por allá. A ver que tal el salmón. Mojar un poco de pan en la salsa para ver que tal ha quedado. Los trocitos que se rompen al cortar el turrón… Para cuando empieza la cena ya no tienes hambre, pero aún así cenas, claro!
Como decíamos antes, respeta el tiempo entre comidas. Deja que tu organismo descanse. Disfrutarás mucho más de las comidas y te sabrán mejor.
- Ayuno Intermitente
Las Navidades y el cambio de año puede ser el momento perfecto para que pruebes las virtudes de los ayunos intermitentes.
Puedes hacerlo de muchas formas diferentes en función de tus preferencias. Prueba ayunar las 24h siguientes a una gran comida/cena, o las 24h antes de la celebración. Otra opción menos drástica sería saltarte el desayuno. De esta forma, dejarías pasar 16 horas de ayuno entre la cena y la comida del día siguiente. Pero incluso, si concentras tu ingesta de alimentos en 12 horas y das otras 12 horas de descanso al cuerpo, puedes obtener muchos de los beneficios del ayuno de forma más asequible.
Y por qué no, anima/reta a toda la familia a hacerlo contigo.
Estas medidas no van a poder compensar todos los excesos y el estrés metabólico al que vas a someter a tu cuerpo durante estas fiestas. Pero son una buena manera de limitar su efecto en tu organismo.
Te deseo unas muy felices Navidades y un Año Nuevo muy “saludable”.
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